Del otro lado del mundo

Seguí andando sin saber a dónde... No me detuve porque lo que me rodeaba era tenebroso e incierto... No quise regresar porque lo que había dejado atrás era tenebroso y cierto... Miré sobre mi hombro y vi que no había huellas ni rastro Sabía que todo lo bueno de ese inconmensurable gigante llamado pasado seguía allí... Nada podía moverlo de allí porque no era más que un montón de recortes inanimados. Si hubo felicidad... Sí, hubo felicidad... pero no se viene con uno cuando  se sigue caminando... Entonces seguí andando porque no tenía mayores opciones. Sin rumbo, me dije, para no saber cuándo he llegado y nada me detenga... Sin rumbo, pensé, así no tendré pesar si nunca llego y no me deberé nada... Sin rumbo: entonces no temeré perder el mapa o equivocarme en la próxima curva, o demorarme en la siguiente parada, o ser feliz de creer que he llegado a mi meta cada vez que se me ocurra. Sin rumbo para no darme cuenta que no siempre fui hacia adelante sino que me

Que tu voz de sirena invente mil canciones Que mil hadas azules invadan tus sueños Que tus diminutos pasos bailen al compás del viento Que siempre encuentres mi mano cuando quieras tocar el cielo... Que tu risa no sepa decir basta Que tu alma pirata te regale aventura Que tu cabello rizado se enrede en tus alas Que tus alas busquen siempre rumbos nuevos... Que seas siempre mi niña. Que sea siempre éste el lugar al que quieras regresar.